sábado, 26 de abril de 2014

Características Animación Socio-Cultural


  1. Busca generar procesos de participación entre todos aquellos que están implicados
"No hay animación sin participación"

La intención de la Animación Socio-Cultural es implicar a la mayor cantidad de gente posible, y sus objetivos son:
  • Suscitar la iniciativa y responsabilidad personal, grupal y colectiva para lograr la participación de la gente en actividades sociales y culturales dentro de su entorno más cercano.
  • Dinamizar y dar vida al tejido social y promover el asociacionismo a través de organizaciones.
  • Lograr que cada persona, cada grupo y cada colectividad sea hacedora de su presente y su futuro, tomando decisiones en cuestiones que conciernen a la propia vida individual y colectiva.
La participación en la animación tiende a intervenir en distintos ámbitos ya sean de carácter individual, social, cultural y educativo:
  • En lo individual, se pretende estimular la implicación y el compromiso de las personas para aportar sus capacidades y habilidades en la transformación de su entorno o circunstancia inmediata y además, apostar por el diálogo, la solidaridad y por potenciar sujetos autónomos y organizados. 
  • En lo social, se pretende fortalecer el tejido social, mediante la participación en organizaciones capaces de dar respuestas a problemas y necesidades que se dan en la sociedad, así como también desarrollar el sentido de pertenencia.
  • En lo cultural, se pretende que los individuos participen en actividades sociales y culturales, así como también crear espacios de relación y comunicación, donde se facilite la creatividad individual y colectiva como alternativa al consumo pasivo.
  • En lo educativo, se pretende proporcionar experiencias reales para desarrollar formas y hábitos democráticos de actuación, al mismo tiempo que se sensibiliza a los individuos sobre los problemas que ocurren en nuestro entorno. 

2. El animador

Puede ser, en cuanto a su estatus, profesional, semi-profesional o voluntario. Su forma de intervención y actuación debe estar de acuerdo con los propósitos, fines, valores y principios de la animación. Su comportamiento y su modo de actuar, incide fuertemente en los modelos de comportamiento y el modo de actuar de los otros. Su rol comprende cuatro aspectos principales:
  • Catalizador/dinamizador/facilitador; que excita, incita, sensibiliza, motiva e interesa a la gente, alentando a la participación activa en programas y actividades socio-culturales.
  • Asistente técnico, que proporciona los elementos y conocimientos para realizar las actividades adecuadamente.
  • Mediador, para contribuir y ayudar a la gente a aprovechar las experiencias propias de la vida, recuperar, sistematizar, evaluar e implementar sus propias prácticas sociales.
  • Transmisor, porque proporciona informaciones, conocimientos, técnicas sociales, habilidades y aprendizaje de nuevas destrezas para que la gente resuelva sus problemas o necesidades.
3. Sus métodos y técnicas de actuación se apoyan en una pedagogía participativa.

El modo de actuar y de trabajar del animador, y las actividades propias de la animación, deben estar impregnados con un espíritu y estilo participativo. En su metodología participativa, hay tres cuestiones que aparecen como más importantes y significativas:
  • La superación de la concepción bancaria de la educación, para transformar la "pedagogía de la respuesta" en una "pedagogía de la pregunta".
  • La búsqueda de la autogestión en cuanto forma de organizar el trabajo cultural.
  • La marcha hacia una pedagogía de la comunicación total, como estrategia más eficaz para el trabajo con la gente.
4. Adecuación metodológica

Las técnicas de actuación que se lleven a cabo deben adecuarse a "lo existente" o "situación ambiental", es decir, es importante tener en cuenta las realidades que se dan en todo grupo o colectivo. Por ello ha de tenerse en cuenta los siguientes factores:
  • La práctica de la gente; es decir, lo que hace (o deja de hacer), sus círculos o centros de interés, sus preocupaciones o inquietudes, sus experiencias de la vida real, etc.
  • El nivel de conciencia real que tiene la gente que participa en las actividades.
  • La situación contextual, es decir, el contexto político o adecuarse a los tiempos que corren.
5. Cercanía vital

Es necesario que las actividades se realicen en el lugar más cercano a donde esté la gente y, además, deben estar vinculadas a las experiencias y prácticas de esa misma gente. Con esto se pretende crear estructuras o ámbitos de convivencialidad en lugares que antes no los aprovechaban. Se trata de facilitar la creación de un tejido o red cultural que estimule la recuperación de plazas, calles, parques, patios, etc., como ámbitos de realización de las actividades de animación.

6. Carácter voluntario y abierto

Las actividades ofertadas deben derivarse de las necesidades de los propios interesados, además de ser abiertas para todos, es decir, todos pueden participar en los programas de animación ya que, son actividades dirigidas a todas aquellas personas que quieran desarrollar sus capacidades personales. Éstas, tienen la finalidad de desarrollar la productividad personal, grupal y comunitaria, y por ello pueden participar todos aquellos que quieran estimular su desarrollo individual y colectivo.

7. Respeto a la autonomía cultural de cada uno de los participantes y la aceptación del pluralismo cultural.

"Toda cultura tiene una dignidad y un valor. Todo pueblo tiene derecho y el deber de desarrollar su cultura"

La animación debe admitir como un recurso y una riqueza, las diferentes manifestaciones culturales y la aceptación de la diversidad de opiniones, ideas y valores. Esto posibilita el enriquecimiento de todos, en la medida que somos capaces de desarrollar formas de convivencia y diálogo con el propósito de participar con otras manifestaciones culturales.

8. Afirmación de la identidad cultural y desmontaje de mecanismos de dominación cultural.

La animación debe confrontar el problema de la homogeneización cultural. Como método de actuación o como forma de intervención puede contribuir a la afirmación de los propios valores, y con ello a la búsqueda de la propia identidad. Además, también tiene la función de desmontaje de los mecanismos de penetración cultural que distorsionan la propia identidad.

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